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Nicy Vargas

Lactancia, beneficios e importancia

Lectura estimada 4.5 min.

Evidentemente, todos estamos familiarizados con el tema de la lactancia, pero definitivamente es fundamental destacar su importancia y beneficios en el desarrollo del recién nacido, así como las consecuencias de omitirla o sustituirla.


La leche materna es el alimento ideal para el bebé. Contiene todos los elementos nutritivos que necesita para su crecimiento y desarrollo, así como las sustancias que lo protegen contra infecciones y alergias. La cantidad y calidad de la leche materna es suficiente, por lo que no es necesario que se le den otros alimentos como agua, té o jugos, antes de los seis meses.


Pero… ¿Qué contiene la leche materna?


Claramente, al ser el primer alimento que los bebés ingieren, nos elaboramos alguna idea vaga sobre su composición, pues básicamente tendría que contar con los nutrientes esenciales para el recién nacido como carbohidratos, grasas, proteínas y agua, pues se tienen que hidratar. Sin embargo, el contenido de la leche materna va más allá de eso, pues aporta un sinfín de elementos vitales:

  • Proteínas: Se tienen contempladas más de 1000 proteínas que ayudan al crecimiento y desarrollo del bebé, además de que activan su sistema inmune y desarrollan y protegen sus neuronas cerebrales.


  • Aminoácidos: Las proteínas a su vez se componen de aminoácidos, por lo que se encuentran más de 20 compuestos de este tipo en la leche materna.


  • Vitaminas y minerales: Vitales para el crecimiento saludable y el correcto funcionamiento de los órganos, sin dejar atrás su contribución en la formación de los dientes y huesos.



  • Enzimas: Se cuenta con el dato de que están presentes más de 40 enzimas, mismas que funcionan como catalizadores que aceleran las reacciones químicas del cuerpo, ayudando al sistema digestivo e inmunitario del bebé y permitiendo la absorción de nutrientes como es el caso del hierro.


  • Azúcares: Así como se lee, la leche materna contiene más de 200 azúcares complejos, también llamados oligosacáridos, los cuales actúan como prebióticos y en caso de existir alguna infección evitan su llegada al torrente sanguíneo, además de reducir el riesgo de inflamación cerebral.


  • Hormonas: Son las responsables de enviar mensajes entre los tejidos y órganos para garantizar su correcto funcionamiento. Algunas regulan el apetito y los patrones de sueño del bebé.


  • Factores de crecimiento: Favorecen un desarrollo saludable, afectando a varias partes del cuerpo como los intestinos vasos sanguíneos, sistema nervioso y las glándulas que son las encargadas de segregar hormonas.


  • Anticuerpos: También conocidos como inmunoglobulinas, protegen al bebé contra enfermedades e infecciones, ya que neutralizan a bacterias y virus. Existen cinco formas básicas de anticuerpos y todas se encuentran presentes en la leche materna.


  • Células vivas: Existen millones de células vivas dentro de este tipo de leche, pero es destacable la existencia de glóbulos blancos, que son los responsables de reforzar al sistema inmune, y los citoblastos, que ayudan al desarrollo y curación de los órganos.

Beneficios de la lactancia


Se ha demostrado que alimentar al lactante únicamente con leche materna sin incluir sólidos u otros líquidos, disminuye el riesgo de infecciones gastrointestinales. Cualquier volumen de leche materna tiene un efecto protector y se asocia con una reducción del 64% en la incidencia de infecciones gastrointestinales no específicas. También existe un efecto protector residual hasta dos meses después de la interrupción de la lactancia. Por otro lado, durante los primeros seis meses de vida, los niños no amamantados tienen casi quince veces más mortalidad por neumonía y entre los niños seis y 23 meses que recibían alimentos complementarios, los que fueron alimentados con fórmula tuvieron el doble de mortalidad por neumonía que los que mantuvieron la lactancia materna hasta por dos años de vida.


Existen también investigaciones que mencionan que, en aquellos bebés sin antecedentes familiares de atopia, el riesgo de asma, dermatitis atópica y eczema se reduce en un 27% cuando se amamanta durante al menos tres meses, y el riesgo de dermatitis atópica se reduce en un 42% en aquellos niños con antecedentes familiares de atopia amamantados durante al menos tres meses.



También se sabe que los bebés amamantados tienen menos probabilidades de desarrollar obesidad tanto en la infancia como en la época adulta. Además, se ha demostrado que la lactancia materna es un factor protector contra varias enfermedades infecciosas, atópicas y cardiovasculares, así como contra la leucemia, la enterocolitis necrotizante, la enfermedad celíaca y la enfermedad inflamatoria intestinal. También tiene un impacto positivo en el neurodesarrollo, mejorando el coeficiente intelectual, reduciendo el riesgo de trastorno por déficit de atención y trastornos generalizados del desarrollo y del comportamiento. La lactancia puede disminuir el riesgo de síndrome de muerte súbita infantil en un 36% y prevenir el 13% de la mortalidad infantil en todo el mundo.


FUENTES:

Brahm P., Valdés V. 2017. Beneficios de la lactancia materna y riesgos de no amamantar [The benefits of breastfeeding and associated risks of replacement with baby formulas]. Rev Chil Pediatr. 88(1):7-14.

Giusti A. 2015. Allattamento: salute, prevenzione e biosostenibilità [Breastfeeding: health, prevention, and environment]. Epidemiol Prev. 39(5-6):386-91.


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